Invierno extendido

Bueno, listo, Ya está, no? 
A mi me encanta el invierno, de verdad, lo disfruto mucho, pero en invierno! En primavera ya quiero otra cosa. Continuar con los ciclos de las cosas. Que los ritmos internos y externos no se estanquen. Y esta extensión de invierno me está alterando un poco. Nos hace seguir gastando energías en abastecernos de leña cuando ya no debería ser asi, nos deja con los cajones y las plantas dentro de la casa, estorbando un poco y creciendo mal, nos detiene en mil cosas...
En esos días de calor extremo que ¿padecimos? hace un tiempo, se me dio por retomar mis amadas y sanadoras caminatas por el campo. Una hora y cuarto de caminata rápida a través de la nada. O del todo. Todos los días preferentemente. Y bien temprano, asi me queda el resto del día libre.
 El día que volvió el frío, medio que no me la creí. Despaché hijas, me cambié y salí. Llegué al portón de casa, respiré el aire helado, dí media vuelta y me volví a poner la pava y seguir hibernando! Pensé que iba a durar una semanita como mucho, pero acá la seguimos. En el interín hubo heladas, fiebres, sopas y fuegos.
Este sábado tuvimos el cumple de una amiga que suele festejar en El Chorrito con un mega picnic a la canasta que ya casi que tiene fecha obligada en el calendario. Fuimos con sweaters, polars, bufandas y ponchos. Y Clarita me salta con el recuerdo de la ropa tan veraniega que se puso el año pasado para la misma ocasión!!
No lloro para no llenarme de mocos, nada más.
Mientras tanto sigo remojando legumbres para equilibrar el clima con unos buenos guisos.
Jamás podrán decir de mi que no soy adaptable.