En la confusión perpetua que me acompaña olvidé explicar los motivos de nuestra mudanza.
Hace dos años, viviendo en una situación familiar completamente distinta a la de ahora, las hijas más chicas y más dependientes, yo trabajando fuera de casa, él con poco trabajo, nos surgió a los cinco una necesidad casi imperiosa de mudarnos mas cerca del pueblo. Nuestra casa, donde estábamos viviendo, queda a siete kilómetros, y esa distancia recorrida varias veces con un solo vehículo, se nos hacía hartánte e insostenible económicamente. Con mucha ilusión decidimos alquilar nuestra casa en medio de la naturaleza, y alquilarnos nosotros una casita por algún barrio tranquilo pero cerquita del pueblo.
Si fue una buena o mala experiencia es difícil de decir. Bueno, en realidad creo que toda experiencia tiene que ser positiva, porque siempre trae algún aprendizaje. Pero sobre todo haber padecido durante dos años este desastre de casa que alquilamos, nos ha hecho valorar de una manera única el paraíso al que nos estamos por volver en nueve días. (gracias gracias gracias!!!!).
No pienso detallar las porquerías a las que nos hemos visto sometidos porque las alegrías, la gente, las caminatas, los piñones de araucarias, los crecimientos, los colores y las sorpresas son mucho más importantes para mi.
No tengo buenas fotos de mi casa acá en la compu, (están todas en cds y no pienso buscarlas), pero rescaté algunas que les comparto.
[Una nevada en Septiembre]
[La vista desde el que va ser mi taller de trabajo]
[más vista]
[Clari con dos años menos]
[Un almuerzo con amigos en un día de otoño]
[Ella y el jazmín que nos regaló Auntie Dickie]
[Yo, preparando mi mudanza hace dos años]
[Ella, preparando la mudanza hace dos años]