Ponele

Ponele que no tengo ni idea de qué cornos voy a escribir, pero que igual tengo la necesidad imperiosa de hacerlo. Ponele que me agoté tanto pensando en el finde que se me venía, que terminé con 38º en cama el día de la madre pero al final  nada fue tan terrible. Ponele que todo comenzó un 19 de octubre de 1999, un diá muy lindo de primavera en el que estábamos con él en casa del ex jardinero de toda la vida de su familia intercambiando gajos y esquejes de ya no recuerdo que cosa, y mientras charlábamos ahí parados al sol, yo sentía unas contracciones tremendas, pero, aunque la que se venía era mi tercera hija, no me animaba a decir nada para que no empezaran a hacerme circo alrededor. Ponele que Clarita terminó naciendo unas horas después, en un parto increible y maravilloso, super rápido, ya el 20 de octubre a las 2:27 de la madrugada.Creo que era un martes, pero no lo puedo asegurar.
Trece años más tarde, la adolescente tiene dos amigas que no pueden venir el sábado al festejo, asi que decidimos hacerlo el viernes para que puedan estar todas, después del cole, aunque digan que trae mala suerte. No importa. Total al día siguiente lo festejamos otra vez. Ponele que al mismo tiempo me encargaron panes y que los tuve que amasar mientras se llevaba a cabo el Té Willy Wonka, o Té chancho, cosistente en  saturarse los paladares de azucares de todos los colores y llevarse de souvenir un sobrecito de boldo. Ésto último nunca lo hice, pero siempre tuve la idea!
Medialunas de jamón y queso, pizzas amasadas en el momento, chocolatada, y la Bomba (torre de merengues + dulce de leche + crema batida + salpicré de rocklets).
 Ponele que a soplar las velitas con la chocotorta no llegamos nunca! Parece poco, pero la bomba de merengues no permite comer más nada. Asi. Punto. Y sin discución!
Ponele que en cuanto saqué los panes del horno rajé a mi cama y no pude bajar nunca más. Hasta el día siguiente, claro. Sábado 7:30 no podía soportar el estado en el que aun sin verla, sabía que estaba mi casa. Asi que bajé y estuve hora y media limpiando y lavando y ordenando. Como la chocotorta había quedado intacta, invitamos a toda la familia a tomar el té. Habían venido dos primos que viven lejos, para pasar el Día de la Madre con su mamá, asi que estuvimos casi todos y la pasamos super lindo. Aunque yo no me sentía demasiado bien. Pero en fin. Clarita lo pasó genial durante dos días que fueron de ella, terminó jugando al Enredado con sus amigas, cosa que me emocionó, porque sus compañeras actuales no tienen nada que ver con la vida "waldorf" que hacíamos antes, ni nada por el estilo, y jamás me imaginé que a los trece años pudieran dejar de lado las boludeces tan típicas de su edad y pasarla bárbaro jugando a un juego tan lindo! (Paso data, porque lo re vale; Enredado, un juego genial que hace Pia Berdiñas, de Gusanitos de Queso, además de Don Perimplin y otras cosas super lindas!!) Paseó con sus padrinos y su prima grande y su hijita; le hicieron unos regalos buenísimos que ella adoró y que le vinieron bárbaro; comió mil chanchadas que por lo general acá no se comen; jugó al tennis con sus hermanas + novio de una; jugaron juegos de mesa (acá otro dato que vale la pena, lo que están jugando en la foto es Niños del Mundo de Rogelia Chicos de 19, 18, 16 y 13, se pasaron unas horitas divirtiéndose con un juego que creo está pensado para más chicos y sin embargo es buenísimo para cualqueir edad!), etc etc. Cumple genial!
Bueno. Ponele que ésa misma noche teníamos otro cumple. Un #fumochupobailo de amigo de él. Obviamente no íbamos a faltar. Y aunque solo duré hasta la 1:30, y aunque volví a casa con mucha fiebre, y él me tuvo que hacer té de ambay y pulmonaria y darme propóleo y arrope de chañar y globulitos de mercurio, y aunque ya no hay más para contar porque el famoso Día de la Madre lo pasé en cama con fiebre y mocos y dolor de garganta, y recién me levanté hoy, que es martes, y todavía estoy más o menos, a pesar de todo eso puedo afirmar que fue un fin de semana super lindo y agradezco cada minuto que pasó.