Libro de quejas

Porque si no después me ando despertando con dolor de gargantas y es por guardarme todo.
Porque me molesta que tengo el living hecho un kilombo, porque el mismo día se nos ocurrió sacar las cajas de navidad, repulgar once docenas de empanadas para juntar plata para el viaje de Abril, desarmar una biblioteca para armar un escritorio con una mesa divina de pinotea que restauró él, y después irnos al cumpleaños de un amigo y volver tardísimo.
Porque me rompí ordenando la casa y los cuartos ajenos, y los pisos y todo, y a nadie le importa.
Porque tengo un dolor cerca del hombro que no me deja vivir.
Porque a mi también me ofrecieron probar los famosos cupcakes, y me hicieron sentir super importante (el ego, el ego!!!), y nos pusimos de acuerdo en la semana que yo iba para Bs As y cuando me contacté me dijeron que justo estaban en un impasse con esas entregas! Y me hicieron sentir un sorete. O peor; el gusano que descompone al sorete. 
Porque más triste que saber que no voy a recibir ni un regalo esta navidad, es saber que no puedo darlos. 
Porque ayer estuve quince minutos estacionada en la YPF llorando como una marrana dentro del auto porque no encontrabamos la tarjeta del cajero por ningún lado y teníamos que llevar dos gaseosas al acto de Clara en ese preciso instante. 
Porque mi profe de yoga es lo más y me banca y me banca y me banca y encima me agradece ella a mi. Y me hace sentir culpable. (Ella no, la situación!) Shanti!
Porque anda todo el pueblo convulsionado diciendo que hay solo 40 lugares para el primer año y sesenta chicos que quieren entrar y vamos a tener que acampar toda la noche para anotar a Clara.
Porque Serafina esta tan grandota que se me resbala de la falda cuando la quiero hacer dormir la siesta a upa.
Porque yo nunca probé cupcakes y estaba emocionada (si, creo que es lo que más me jodió de toda la lista, lo admito!)
Porque tengo cuatro sobres para enviar y no logro hacerlo.
Porque estoy cansada de tener que estar hop hop hop todo el día. 
Porque estar tan embrollada con todo esto me impide ver las maravillas que me rodean. Que son muchas. Ya sé. Pero descargar las molestias también ayuda. Es necesario. Casi que se evaporan un poco después de escribirlas. Mañana les cuento si esta noche y después del desahogo, dormí mejor. 
Perdón y gracias.

Maravillas que me rodean: un verano increible en familia y con agua, de vuelta en casa.

(Y no me quejé de la compu que todas saben anda para el ort...conste eh!!!)