Crackers de semillas: volver a casa

Digamos que, aunque no toqué el trigo, salvo medio aro de cebolla de Burger King que les juro que no cuenta en cinco meses sin harinas, mientras estuve en BsAs mi alimentación no fue la misma de siempre. Mis licuados de frutas, leches vegetales, maca, jengibre y algarroba, fueron reemplazados por jugo Citric, por ejemplo, y mi caldo casero de puchero, nocturno, por comidas riquísimas con las cuales mi tía intentaba agasajarme y a las cuales ni loca decía que no.
Porque ante todo, me adapto y disfruto.
Nada me hizo mal, si no todo lo contrario; comer con alegría, compartiendo, preparando en compañía, tomandose el tiempo sin horarios, no puede hacer si no bien a cualquier organismo, más allá de lo que estés comiendo.
De todas maneras al volver, ya estaba añorando mis rutinas, y después de dormir casi dos días, al tercero resucité y me cociné todo.
Una de las recetas que hice era un pendiente que había anotado hace unos meses y aun no había podido probar. Me tenía bastante desconfianza y poca fe, sobre todo con el tema de si usar papel manteca, o aceitar la placa o que. En fin, la cosa es que me animé y fueron todo un éxito. Vendrían a ser la versión con cocción de las crackers vivas que aprendí en las clases de Lucia Copello, que las pueden hacer si tienen un deshidratador.
Como desde siempre me gustó más lo salado que lo dulce, ya se convirtieron en mis favoritas.
Esta receta si que es sin T.A.C.C. y además super fácil y rápida, y no ensucias casi nada. Un montón de motivos para que pase a los primeros puestos de cualquier ranking!

Crackers de Semillas

1 taza de semillas de girasol - 1/2 taza de semillas de sésamo - sal a gusto - 1 cucharadita de aceite - 1/4 taza de semillas de lino - 1/4 taza de semillas de chia

Colocar las semillas de lino y de chia en un bowl pequeño y cubrirlas con agua. Revolver, y cuando absorban  todo el líquido, agregar un poco más, no mucho, y seguir revolviendo. Van a notar que el lino larga como una baba, que es lo que va a ligar las galletitas. Seguir con este procedimiento más o menos quince minutos. 

Por otro lado, colocar el resto de los ingredientes en un bowl, agregar las semillas hidratadas y mezclar bien todo.

Aceitar bastante una fuente para horno y estirar la preparación ahí mismo con las manos. Yo le di forma cuadrada para que al cortarlas quedaran prolijas.

Llevar a horno quince minutos, sacar, marcar con cuchillo, y si ya se puede, darlas vuelta para que se cocinen bien de ambos lados. Llevar a horno diez minutos más. 

El temita horno con más exactitud se los debo. Donde vivo no llega el gas natural, y uso garrafa, con lo cual la intensidad del calor del horno va cambiando según si está recién cambiada o se está terminando. Prueben la primera vez, estando atentas para no quemarlas y listo. 

Con respecto a las semillas, todos estamos de acuerdo en que son buenísimas, pero si las consumimos así como están, medio que pasan de largo llevándose todas sus maravillosas propiedades consigo. Me parece que lo ideal sería quebrarlas un poco con un mortero previamente. No mucho, si no, van a quedar hechas harina y no es la idea, pero si lo suficiente como para que nuestro cuerpo aproveche todo lo que tienen para aportarnos.