Los que me sigan en IG ya saben que hice un viaje relámpago a BsAs la semana pasada, y también, seguramente, ya saben por que. El motivo es el mismo por el cual dejé de escribir en el blog.
Porque un día, más precisamente el siete de mayo, confirmamos lo que veníamos sospechando hace rato, que
ese traumatólogo al final también resultó ser un idiota, y que la escoliosis era para cirugía. Y en este país y sin cobertura médica, recibir esa noticia es fuerte y muy difícil.
Dejé de escribir porque en ese momento no podía compartir, pero tampoco podía seguir escribiendo como si nada. El silencio fue la mejor solución.
Durante estos meses estuvimos luchando con toda la burocracia que se puedan imaginar para conseguir resonancias, viajes a Cordoba, estudios, médicos, etc. Si por lo general me gusta tener siempre un plan B para todo, en este caso me hice una lista de planes que llegaban casi a la Z.
Finalmente la semana pasada recibí un llamado avisando que tenía un turno en el Hospital Garrahan el jueves a las nueve de la mañana con un médico que se jubilaba ese día a las doce del mediodía. O sea, o viajaba o lo perdía para siempre. No voy a entrar en detalles, pero no puedo dejar de destacar la maravillosa atención en ese hospital. Todos los médicos, las secretarias, las chicas de ventanilla, los radiólogos con buena onda, sonrisa, paciencia al indicar cosas que deben repetir cien veces por día; y no solo conmigo, si no con cada paciente. La verdad me saco el sombrero y desde acá los felicito a todos.
Con respecto a Clara, aun no está en la lista de espera para su cirugía, lo cual me pone mal porque cada día que pasa, su espalda se curva más, porque primero tengo que seguir con los tramites acá, pero apenas resuelva eso, se supone que ya queda anotada, y ahi, a esperar. Esa será otra etapa, y trato de concentrarme de a una cosa por vez. Lo bueno de la burocracia esta es que te distrae de pensar en la cirugía en si misma y en todo lo que ello implica.
La ida a Bs As, asi tan inesperada, de paso me regaló paseos por algunos de mis lugares más favoritos, conocer a los hijos de amigas que adoro y adorarlos a ellos en un instante, poder disfrutar de mis tías, llevarla a Clara a su amado Burger King, donde no se comió la staker de cinco porque solo la dejé la de cuatro, y descubrir que la vida sin trigo, estando de viaje, sigue siendo lo más natural del mundo para mi! Mates en el río, amasada de pizzas el día que llegué, caminatas interminables, cafecito en Gandini y hasta llegué, aunque quince minutos tarde, a ver
Bloody Daughter en el cine York, el mismo donde mi papa y mis tías iban de chicos, y donde fui yo también alguna que otra vez, de chiquita.
Me costó volver, me hubiera quedado un montón de días más. Pero aunque llegué agotada del viaje en el lechero que paró en cada ciudad durante toda la noche, después de dormir dos días me inspiré y di vuelta toda la casa. Si estoy así sin leer a
la japonesa, no quiero ni pensar cuando me llegue el libro!
Para la semana próxima prometo la receta de las crackers de semillas que no se pueden parar de comer!!
[Mi tía y sus manos mágicas para las plantas]
[Miranda ❤]
[Extraño mucho vivir con horizonte]
[Puerto de Olivos y un poco de mi infancia]
[No podía no sacarle una foto]
[Actual embajada de Australia, ex casa del bisabuelo de mi marido]
[El bisabuelo de mi marido lo alojó en su casa, que ganas de haberlo conocido!]
[Mi tía sabe mis desayunos]
[Sol ❤]
[Paraná y el río]
[Con mi tía en la que fue la casa de mi abuela, de su infancia y de la mía]
[Olivos y paredes que florecen]
[Volver]